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viernes, 6 de enero de 2012

El fantasma de Frankenstein





Cuando escucho a alguien decir que fue en los años 80 cuando las películas de terror comenzaron a tener innumerables secuelas, hasta el punto de superar las seis entregas, cada cual peor que la anterior, no puedo evitar mirar a la persona que dice eso con cierta incredulidad... Más que nada porque ya en los años 40 se hacían secuelas sin cesar de un mismo personaje, y si no me creen, ahí está la criatura de Frakenstein, ejemplo máximo de explotación fílmica por parte de una misma compañía durante esa década, protagonizando diversas películas, solo o en compañía de otros monstruos de la Universal, la productora a la que pertenecía. Eso sí, todas esas películas tenían algo que era de agradecer: unos mínimos de calidad.

Los directivos de la Universal, no lo suficientemente satisfechos con el gran éxito, tanto de público como de crítica, de las dos primeras películas de Frankenstein dirigidas por James Whale, "El Doctor Frankenstein" y "La novia de Frankenstein", decidieron hacer, en 1939, la tercera parte, la cual, al desarrollarse un tiempo después de "La novia de Frankenstein" y al tratar de forma distinta al monstruo, suponía un punto y aparte respecto a las dos anteriores. En 1942 se estrenó la cuarta película, algo inaudito, ya que "La sombra de Frankenstein" (título con el que se conoció aquí, en España, a la tercera entrega) parecía tener un final bien cerrado (y de hecho, así era). Pero bueno, también "La novia de Frankenstein" parecía haber dado carpetazo a toda la historia que comenzó en 1931 con "El Doctor Frankenstein", así que, una vez más, el monstruo volvía a la vida (si es que alguna vez estuvo muerto). Mejor dicho, volvía a recuperarse de un estado de animación suspendida.


Ficha técnica:

Título: El fantasma de Frankenstein

Título original: The Ghost of Frankenstein

Año: 1942

Duración: 67 min.

País: Estados Unidos

Director: Erle C. Kenton

Guión: Scott Darling (Historia: Eric Taylor)

Música: Hans J. Salter

Fotografía: Elwood Bredell, Milton R. Krasner (B&W)

Reparto: Cedric Hardwicke, Lon Chaney Jr., Ralph Bellamy, Lionel Atwill, Bela Lugosi, Evelyn Ankers, Janet Ann Gallow, Barton Yarborough, Doris Lloyd, Leyland Hodgson, Olaf Hytten, Holmes Herbert

Productora: Universal Pictures

Género: Terror. Fantástico. Ciencia ficción. / Monstruos. Secuela.


De la misma forma que las dos primeras películas estaban intrínsecamente relacionadas, en el sentido de que la historia que se nos contaba en la segunda parte comenzaba pocas horas después de los hechos acontecidos en la primera, lo mismo ocurría con la cuarta película respecto a la tercera. Así, "El fantasma de Frankenstein" comienza poco tiempo después de lo que se nos relató en "La sombra de Frankenstein". Wolf Frankenstein y su familia ya se fueron de la localidad europea que tan mal les trató; sin embargo, Ygor (Bela Lugosi), el antiguo y pérfido criado de Henry Frankenstein, que fue abatido a tiros por Wolf en la tercera parte, parece haber vuelto a la vida, retando, una vez más, a la muerte (la primera vez que se salvó de morir fue al sobrevivir tras ser ahorcado en la horca, en donde fue sentenciado por las autoridades). Para desgracia de los habitantes de la localidad, quienes no le soportan, éste continúa viviendo en la destartalada residencia Frankenstein, la cual aquí se nos aparece como un castillo. Los lugareños, hartos de soportar la mala imagen que les dejó de cara a las localidades colindantes Henry Frankenstein y su criatura, deciden borrar todo rastro de la familia Frankenstein de la zona, comenzando por destruir el castillo en donde mora Ygor.

A pesar de defenderse como puede (arrojando pedruscos desde lo alto de las almenas), Ygor acaba desistiendo en su defensa, huyendo y sobreviviendo al ataque de los enfurecidos habitantes de la villa, quienes destruyen, por medio de explosivos, el castillo entero. Pero lo que éstos no saben es que las explosiones consiguen liberar al monstruo de Frankenstein (Lon Chaney Jr.), que se hallaba sepultado en el interior de un bloque de ácido petrificado, justo en el lugar en donde fue arrojado al final de "La sombra de Frankenstein". Tras liberarse, con ayuda de Ygor, de su rocosa prisión, el monstruo recibe un relámpago que le reanima, haciéndole, aparentemente, más poderoso. Ygor deduce que un relámpago conseguirá hacer más fuerte al monstruo, y que sirviéndose de él, y de tal fuente de poder venida de los cielos, podrá conquistar el mundo. De ahí que tanto el antiguo criado de Henry como la criatura que éste creó se dirijan a otro lugar, a otra villa, en donde reside el hermano mayor de Wolf Frankenstein, de nombre Ludwig Frankenstein (Sir Cedric Hardwicke). Según Ygor, este señor le ayudará a cumplir sus malvados planes.


Partiendo de esta premisa, tenemos la historia de "El fantasma de Frankenstein". Un relato un tanto flojo, lleno de incongruencias respecto a los anteriores films, que parece haberse ido creando durante el rodaje, como si las ideas se hubieran ido introduciendo a cada escena que se rodaba... Tenemos el inicio de la película, quizás la parte más épica (con permiso del final), con todos los aldeanos, antorchas en mano (cómo no), dirigiéndose, furiosamente, hacia el que fue, en otros tiempos, el castillo de los Frankenstein. Quien haya visto "La sombra de Frankenstein" ya se habrá dado cuenta, llegado a este punto, que aquí se halla la primera incoherencia respecto a los anteriores films, ya que los Frankenstein vivían en una mansión, no en un castillo. Además, el pozo en donde cayó la criatura estaba debajo de un laboratorio en ruinas, no debajo de ese viejo castillo que derrumban... De todas formas, también en "La sombra de Frankenstein" veíamos alguna que otra incongruencia respecto a los anteriores films de Whale. Esto puede ser debido al cambio de dirección, ya que en las dos primeras películas se notaba claramente que fueron obra del mismo director; sin embargo, ya llegados a la tercera parte, nos encontrábamos ante un director distinto (Rowland V. Lee). Lo mismo ocurría en la cuarta parte, dirigida, esta vez, por Erle C. Kenton (director de la brillante "La isla de las almas perdidas", de 1932, además de algunas de esas películas-crossovers en las que se daban cita todos los monstruos de la compañía, de las que hablaré muy pronto en el blog).


Tras la destrucción del castillo, vemos la segunda incongruencia, cuando el monstruo, a pesar de las súplicas de Ygor, alza los brazos para atraer a un rayo. En "La sombra de Frankenstein", el mismo Ygor nos decía que el monstruo estaba en un estado semi comatoso debido a que había recibido la descarga de un rayo, así que el hecho de ver como el monstruo recibe una descarga eléctrica de tal magnitud, para después volverse más poderoso, se contradice no sólo con lo que se nos contó en el anterior film, sino también en el primero, ya que el rayo lo único que hacía era proporcionar la suficiente energía al monstruo para que éste viviera, no fortalecerle, como pasa aquí. Otro rayo de más podría sobrecargarle y dejarle en coma, como ya le sucedió. El caso es que tras esto, y no se sabe muy bien el porqué, Ygor decide acudir a Ludwig Frankenstein para que éste haga del monstruo un ser más poderoso (una prueba más de lo poco sólido del guión, aunque supongo que es porque Ygor se piensa que Ludwig es capaz de desarrollar máquinas que, al igual que las que desarrolló Henry, pueden atraer las descargas eléctricas atmosféricas). La verdad es que resulta curioso que una alimaña como Ygor pretenda gobernar el mundo por medio de un monstruo como el de Frankenstein, un monstruo que no debe de ser tan poderoso como él se piensa, pues es tumbado por el ataque conjunto de unas diez personas.


Aparte de las mencionadas incongruencias argumentales respecto a los anteriores films, también hay fallos en la escenografía. Por ejemplo, al final de la escena del rayo, cuando Ygor y la criatura caminan por el cementerio, el monstruo tira una cruz con sólo tocarla... Que directores como Ed Wood cometieran estos errores me parece algo normal, pero me esperaba algo más del hombre que dirigió "La isla de las almas perdidas". Y no sólo nos damos cuenta en esta escena de lo falsos que resultan los escenarios, ya que nada más llegar a la villa en donde viven Ludwig y compañía, la criatura arroja a un lugareño contra una barandilla que al ser golpeada vemos, claramente, que es de plástico. Estos fallos, tanto de guión como a la hora de grabar distintas tomas sin repetirlas, son más propios de una producción de serie B. De esta forma, es recomendable ver "El fantasma de Frankenstein" no como una superproducción más de la Universal, sino como una película que, a pesar de estar producida por esta gran compañía, se encuentra más cerca de ser una producción de serie B que una gran película filmada con un gran presupuesto y cierta profesionalidad (que conste que no pretendo decir que las películas de serie B sean malas, ni mucho menos).


En cuanto a escenas memorables, es curioso que una de las más recordadas sea una clara reminiscencia a cierto momento de "El Doctor Frankenstein" en el que veíamos al monstruo en compañía de una niña, a orillas de un lago. Después de que Ygor y la criatura lleguen a la villa, el monstruo se desvía del camino marcado por su acompañante para ayudar a una niña pequeña a recuperar su pelota, mientras que todos los aldeanos, presa del miedo, cargan contra él al verle tan distinto y tan... horripilante, tan extraño. Se nota que aquí C. Kenton pretendió emular, fallidamente, la brillante escena del lago con la que James Whale nos deleitó en "El Doctor Frankenstein", escena cuyo trágico final conocerán todos aquellos que hayan visto esa primera y gran película de la saga de los Frankenstein.

El hecho de que el guión fuese improvisado durante el rodaje (o al menos eso parece) se nota a medida que avanza el metraje, cuando los guionistas cambiaron los planes iniciales de Ygor por otros con más sentido (dentro de lo que cabe y, claro está, si obviamos sus descabellados planes de conquista y sus aires de grandeza). Ygor chantajea a Ludwig y al ayudante de éste, Bohmer (Lionel Atwill, el mismo actor que hizo del comisario manco en el anterior film, pero ahora con un papel distinto; curioso), para que le ayuden a hacer al monstruo más poderoso. Sin embargo, la tragedia no tarda en llegar, pues la criatura mata, sin motivo aparente, a uno de los ayudantes de estos dos doctores. Tanto Ludwig como Bohmer deciden traspasar el cerebro de su fallecido ayudante al cuerpo del monstruo, para que así pueda seguir viviendo, aunque sea en un cuerpo distinto, y, ya de paso, borrar la mala fama del apellido Frankenstein (el concepto de traspasar cerebros de un cuerpo moribundo a otro artificial sería reutilizado, años después, por el director Terence Fisher en sus películas de Frankenstein para la productora británica Hammer). Es en ese momento cuando Ygor, aprovechándose de la situación, urde un nuevo plan en su mente, pues pretende que sea su cerebro, y no el de la reciente víctima de su espeluznante compañero, el que sea traspasado al cuerpo del gigante. Una vez hecho esto, pretende lanzarse a conquistar el mundo (a saber qué tendría en la cabeza para pensar que con un nuevo cuerpo podría hacer que millones de personas se arrodillaran ante él).


Y ahora me diréis, ¿cómo es posible que con tantos fallos "El fantasma de Frankenstein" me guste? Pues muy fácil; simplemente, porque me entretiene, y eso, para mí, es lo más importante de una película. Y si me entretiene mucho, mejor que mejor. Además, hay ciertos factores que hacen de esta cuarta parte de Frankenstein una película especial. Aparte de conservar esa ambientación tan propia de los films de la Universal de los años 30, conserva también a un actor como Bela Lugosi en uno de sus mejores y, a la vez, más desconocidos papeles, el de Ygor. En cuanto al monstruo, éste es interpretado por Lon Chaney Jr, actor que interpretó al hombre lobo, en 1941, en "El hombre lobo", y que un año después de "El fantasma de Frankenstein" haría de conde Alucard en "El hijo de Drácula". Además, asumiría el rol de la momia en todas las películas del personaje de los años 40, que no fueron pocas. De todas formas, Chaney Jr., a diferencia de Boris Karloff (el actor que interpretó ese mismo papel con anterioridad), no consigue convencer como el monstruo. Durante toda la película se dedica, únicamente, a ir de un lado a otro, sin gruñir siquiera, de vez en cuando levanta los brazos amenazadoramente, y poco más... De hecho, tan sólo hacia el final se comporta de forma, más o menos, creíble. Se dice que Karloff rechazó el papel de la criatura que tanta fama y popularidad le otorgó debido a que, tras leer el guión de "El fantasma de Frankenstein", se negó a participar en una película con una historia tan, desde su punto de vista, floja. Es curioso lo que he llegado a leer sobre Chaney Jr. durante el rodaje de esta película; cosas como que se arrepintió de haber hecho del monstruo debido al maquillaje (obra de Jack Pierce), el cual le molestaba hasta tal punto que una vez se lo arrancó a tiras de la cara, provocándole serias heridas que hicieron que el rodaje fuese aplazado unos cuantos días (que esto sea verdad o mentira, eso ya no lo sé...)


En conclusión, estamos, pues, ante una cuarta parte de Frankenstein que aunque objetivamente hablando sea pasable, a mí me parece buena. O, mejor dicho, bastante entretenida. Cierto es que adolece de multitud de fallos; como los anteriormente comentados o su precipitado e ilógico final, en el que uno no puede evitar preguntarse por qué demonios acaba así; pero bueno, también hay películas mucho peores que la presente y aún así me encantan. Además, la duración de la cinta se redujo considerablemente respecto a la tercera parte, pasando a contar con tan sólo 67 min. de metraje (créditos incluidos) que se pasan volando. Recomendada únicamente a todos aquellos a los que les encantaron los tres primeros films de Frankenstein, entre los que yo, sin lugar a dudas, me incluyo.


Valoración personal: 6/10.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que yo no veo nada raro en los planes de Ygor. Simplemente está loco, no tiene conexión con la realidad y realmente cree que sus planes pueden funcionar.