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lunes, 9 de enero de 2012

La zíngara y los monstruos




Estaba claro que a los de la Universal se les fue de las manos lo de hacer secuelas de sus monstruos... "La zíngara y los monstruos", peculiar título con el que se conoció aquí, en España, a "House of Frankenstein", era la prueba irrefutable de ello.

Lejos quedaba ya aquella Universal de los años 30, en la que la compañía estaba en manos de Carl Laemne Jr. (el hijo del fundador de los estudios), esa Universal en la que se realizaban películas de monstruos con gran presupuesto y, sobre todo, cariño y seriedad ante lo que se hacía. Tras el éxito de "Frankenstein y el Hombre Lobo", al año siguiente, en 1944, decidieron hacer una secuela de este peculiar cruce entre el monstruo de Frankenstein y el hombre lobo, añadiendo al plantel de personajes al otro gran monstruo de la productora: el conde Drácula.

Es curioso que a partir de este film este trío tan variopinto apareciera casi siempre en cualquier crossover de monstruos clásicos que se precie; pero bueno, al fin y al cabo, por entonces eran los tres monstruos más importantes de la compañía, seguidos de cerca por otros como la momia o el hombre invisible.


Ficha técnica:

Título: La zíngara y los monstruos

Título original: House of Frankenstein

Año: 1944

Duración: 71 min.

País: Estados Unidos

Director: Erle C. Kenton

Guión: Edward T. Lowe Jr. (Historia: Curt Siodmak)

Música: Hans J. Salter

Fotografía: George Robinson (B&W)

Reparto: Boris Karloff, Lon Chaney Jr., John Carradine, J. Carrol Naish, Anne Gwynne, Lionel Atwill, Peter Coe, Elena Verdugo, George Zucco, Sig Ruman

Productora: Universal Pictures

Género: Terror. / Monstruos.


Todo comienza en una cárcel en la que están encerrados el doctor Gustav Niemann (Boris Karloff) y su compañero de celda, Daniel (J. Carrol Naish), un jorobado. Niemann fue arrestado porque hace años realizó unos experimentos similares a los que ya realizara el doctor Frankenstein; en su caso, pretendía traspasar el cerebro de un humano al cuerpo de un perro (¿?).

En un momento dado, debido a una fuerte tormenta, se produce un derrumbamiento en las viejas instalaciones en las que se hallan recluidos, y ambos aprovechan para escapar de su encierro. En su fuga, se topan con un tipo que conduce un carruaje que va de ciudad en ciudad exhibiendo, a modo de circo de los horrores, un ataud que contiene un esqueleto con una estaca clavada en el pecho. Según ese hombre tan extraño, se trata del esqueleto del conde Drácula (John Carradine), quien murió años atrás.

Poco les importa a los dos prófugos que el hombre les dé cobijo en su carroza, pues Daniel le mata, y Niemann, suplantando su identidad, decide poner rumbo a Visaria, el pueblo en donde se halla su antiguo laboratorio y en donde pretende llevar a cabo su venganza contra los tres hombres que le encerraron; el pueblo en donde, al extraer la estaca del esqueleto, resucitará a Drácula, a quien usará como una herramienta en su venganza. Así mismo, años atrás, el monstruo de Frankenstein (Glenn Strange) y el hombre lobo (Lon Chaney Jr.) perecieron en ese mismo lugar.


El principal problema de "La zíngara y los monstruos" es que los guionistas de la compañía construyeron la historia teniendo en mente un único y primordial objetivo: juntar a sus tres monstruos más importantes en una sola película, para así atraer a las salas de cine a un gran número de espectadores. Daba igual cómo, el caso es que este monstruoso trío tenía que salir en los 71 min. que duraba la cinta. El resto, el construir unos personajes creíbles, una trama bien hilada, etc... les importaba bien poco.

La estructura narrativa de "La zíngara y los monstruos" es caótica a más no poder.

La ambientación propia de las películas de terror gótico que tenían las primeras partes de Frankenstein y de Drácula aquí se pierde totalmente, pasando a ser una producción que más que pertenecer al género de terror, ya en su día se podría haber ubicado única y perfectamente en el género fantástico (o incluso en el de la comedia, porque vamos...)


Los guionistas, bajo la dirección de Erle C. Kenton, dividieron la historia en dos partes o tramas claramente diferenciadas: durante la primera media hora de metraje, la cual es como si fuese un prólogo de la historia principal, el monstruo que aparece es Drácula, haciendo de ayudante de Neumann (lo cual ya es ridículo de por sí... ¿Drácula ayudando a un humano al que podría hipnotizar o matar con facilidad?); y durante los cuarenta minutos restantes, Neumann descubre al hombre lobo y a la criatura congelados en el lugar en donde estalló la presa al final de "Frankenstein y el Hombre Lobo", a quienes utilizará como conejillos de indias en sus experimentos (no sé yo qué pasará con estos monstruos; no importa cuánto tiempo pasen congelados o muertos, que luego vuelven vivitos y coleando como si nada hubiese pasado).

Los hechos que se nos narraron en "Drácula" y en sus secuelas no tienen continuidad alguna en "La zíngara y los monstruos". Sin embargo, no ocurre lo mismo con los de "Frankenstein y el Hombre Lobo", apareciendo incluso la presa que fue destruida al final de dicho film.

Si "Frankenstein y el Hombre Lobo" tenía su predecible desenlace en el inevitable encontronazo entre las dos criaturas que daban nombre al film, en "La zíngara y los monstruos", lamentablemente, ninguno de los tres monstruos se llega a cruzar con otro en ningún momento. En distintos momentos aparecen cerca de Niemann y Daniel, los auténticos protagonistas (aunque el cartel parezca transmitirnos lo contrario), pero en ningún momento vemos lo que uno espera ver en esta película: una pelea entre Drácula, el hombre lobo y el monstruo de Frankenstein (y con el jorobado de árbitro, por qué no). De hecho, tras los primeros treinta minutos, no volvemos a saber nada de Drácula, con lo que se nos deja claro que su presencia era tan sólo para que el público no se sintiera estafado en caso de no aparecer.


A la construcción narrativa torpe y de tono episódico se suman unos personajes que, por culpa del guión, desempeñan unos papeles un tanto absurdos; a excepción de Karloff, quien se mantiene en su línea como buen actor, esta vez interpretando al doctor Neumann, ofreciéndonos, de esta forma, uno de sus papeles de científico loco, rol que en los años 40 desempeñó en numerosas ocasiones en los films de la Columbia, casi quedándose estancado en la figura de mad doctor.

Lon Chaney Jr. repite por tercera vez como Larry Talbot, el hombre lobo, en un papel que, por momentos, resulta irrisorio. Sin ir más lejos, hay una escena en la que ve una puerta abierta por la mitad, y éste decide salir del edificio rompiendo en mil pedazos la otra mitad. No sé yo, pero si mi perro viera una puerta abierta y al lado una ventana, no creo que saliera por la ventana rompiendo los cristales, como bien hace aquí el licántropo de la Universal...

John Carradine, otro actor que, al igual que otros grandes como Chaney, Karloff o Basil Rathbone, acabaría teniendo numerosas apariciones dentro del género, no logra convencer como Drácula. De hecho, lo único que hace es imitar exageradamente la actuación de Bela Lugosi en el primer largometraje del conde, lo cual es un error que repetirían multitud de intérpretes, pues el estilo de Lugosi como Drácula es único e inimitable.

Y si hay un personaje totalmente irrisorio esa es la gitana de la que se enamora el jorobado. Menuda zorra. Daniel se enamora a primera vista de ella nada más llegar a la feria en donde la joven se encuentra bailando con los suyos. Ésta tontea con él y le sigue el juego, hasta que conoce a Larry Talbot. De hecho, en la primera conversación que tiene con el alter ego del hombre lobo, la muchacha admite estar profundamente enamorada de él. Y para colmo de males, tras declararse a un desconocido al poco de conocerle, vuelve a donde el pobre Daniel para burlarse de él, diciéndole que está celoso, y, para rematar la faena, le dice gritándole como una impertinente que es malvado y feo. Daniel, frustrado y acomplejado, se desfoga azotando violentamente con un látigo al monstruo de Frankenstein, que se encuentra inmovilizado en una camilla...


Creo que lo que he dicho en el párrafo anterior es prueba más que suficiente para demostrar que el argumento no es que sea muy serio, ni tampoco que tenga mucho sentido, y que pone de manifiesto que elementos tan importantes en un film de estas características, tales como el factor terrorífico, la ambientación gótica, etc., se pierdan totalmente.

La presencia de los tres monstruos es meramente anecdótica, una invitación por parte de la Universal para que el público acudiera a las salas de cine a ver una vez más a sus criaturitas, las cuales, más allá del hecho de ser simples complementos en los planes del doctor Neumann, tienen una importancia en la historia prácticamente nula.

Tan sólo hay que ver al monstruo de Frankenstein, a quien vemos, todo el rato, postrado en una camilla, completamente inmovilizado. Lo único que hace, en los últimos cinco minutos de metraje, es liberarse de sus ataduras, caminar unos cuantos pasos, y ya está. No hace más (bueno, sí; pero tampoco es plan de desvelar el final). Con tan poco tiempo de actuación, ni siquiera puedo opinar sobre la actuación del actor que esta vez hacía de monstruo, un tal Glenn Strange.


De todas formas, el hecho de que me viese esta película mentalizado en que iba a ser mala, inferior a las anteriores de monstruos de la Universal que había visto, ayudó bastante a que se me hiciese digerible. Y, por muy inferior a sus predecesoras que ésta fuese, mantenía unos mínimos de calidad, sobre todo en la escenografía y en la actuación de Karloff, que la hacían ser pasable. Además, en ningún momento se me hizo pesada o aburrida, lo cual es de agradecer. Muchos dicen que posteriores películas que reunían a distintos monstruos clásicos, como Van Helsing (2004), han tenido su inspiración en "La zíngara y los monstruos"; escenas como la persecución en carruajes refuerzan dicha afirmación.

En fin, termino diciendo lo mismo que dije al final de mi crítica de "Frankenstein y el Hombre Lobo": recomendada única y exclusivamente a todos aquellos a los que les encantaron los primeros films de Frankenstein.

Valoración personal: 5/10.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya manera de desaprovechar unos monstruos de tal calibre. Una peli de monstruos debería centrarse en ellos y no hacerlos meros secundarios en la trama.