ATENCIÓN, AVISO PARA HISPANOHABLANTES: RECOMIENDO ENCARECIDAMENTE VER LAS PELÍCULAS Y SERIES AQUÍ RESEÑADAS EN VERSIÓN ORIGINAL SUBTITULADA EN ESPAÑOL (V.O.S.E.)

lunes, 7 de mayo de 2012

¿Qué fue de Baby Jane?




Valoración personal: 8/10.

Ficha técnica:

Título: ¿Qué fue de Baby Jane?

Título original: What Ever Happened to Baby Jane?

Año: 1962

Duración: 133 min.

País: Estados Unidos

Director: Robert Aldrich

Guión: Lukas Heller (Novela: Henry Farrell)

Música: Frank DeVol (AKA Frank De Vol)

Fotografía: Daniel Haller (B&W)

Reparto: Bette Davis, Joan Crawford, Victor Buono, Maidie Norman, Anna Lee

Productora: Warner Bros. Pictures

Género: Drama. Terror. Thriller.

¿De qué va?:

Baby Jane Hudson (Bette Davis) es una mujer de más de cincuenta años venida a menos. En su niñez fue una niña prodigio que triunfaba en los teatros con su espectáculo musical. Su hermana mayor, llamada Blanche Hudson (Joan Crawford), la envidiaba, ya que no tenía el mismo éxito que ella. En los años 30, las cosas cambiaron. Blanche, ya adulta, se convirtió en una superestrella de Hollywood y Baby Jane, por el contrario, fue relegada al olvido. En el momento de mayor éxito de Blanche, ésta se quedó inválida tras ser atropellada por un coche. Se cree que quien conducía el vehículo era Baby Jane, quien, presa de los celos, la atropelló intencionadamente, aunque esto fue algo que nunca se pudo probar. A principios de los años 60, Blanche, postrada en una silla de ruedas, comparte vivienda con su hermana menor, quien no la trata muy bien. Cuando Blanche decide vender la casa en la que viven, Baby Jane comienza a tratar aún peor a su hermana, hasta el punto de que parece disfrutar maltratándola y atormentándola.



Comentario:

Esta producción dirigida por Robert Aldrich adaptaba la novela "What Happened To Baby Jane", publicada en 1960 y escrita por Henry Farrell.

Lo que más destaca de este film es ese impresionante duelo interpretativo entre Bette Davis y Joahn Crawford, dos grandes actrices de la edad de oro de Hollywood que, con el paso del tiempo, y al igual que los personajes que encarnan en este largometraje, fueron olvidadas tanto por el público como por las grandes compañías. Con esta película, Robert Aldrich las rescató del mundo de la televisión y relanzó sus carreras como actrices cinematográficas.

Bette Davis adopta el rol de la perturbadora Baby Jane. Víctima de su propio pasado, lo único que la ayuda a seguir adelante, aparte del alcohol, es rememorar sus días como la encantadora estrella infantil del espectáculo que fue, poniéndose vestidos similares a los que vestía de niña y maquillándose la cara de manera exagerada (y grotesca), pensando que así lucirá mejor. Aunque prepare su retorno al mundo del espectáculo, es consciente de que ya nadie la recuerda, lo cual la frustra y la hace vivir en una amargura constante, procesándole un gran odio y envidia a su hermana, a quien acusa de haberle robado la fama que, según ella, le pertenece.

Blanche, a diferencia de Baby Jane, vive el presente y está mucho más cuerda que su hermana menor, a quien envidiaba de pequeña por lo famosa que era, aunque nunca llegó a odiarla. En la actualidad, a pesar de no poder caminar, soporta su situación con cierta fuerza de voluntad (o eso parece), y se alegra de que algunos fans la recuerden gracias a las reposiciones que dan por TV de sus antiguas películas. De Baby Jane nadie se acuerda, aunque ésta, en ocasiones, se empeñe en autoengañarse pensando que sí la recuerdan.

Es en el momento en el que Blanche decide vender la casa en la que viven cuando Baby Jane comienza a dar rienda suelta a ese rencor que ha ido acumulando desde que su hermana mayor le arrebató la fama; rencor que aumentó cuando comenzó a ocuparse de ella tras haberla dejado en silla de ruedas al embestirla con su automóvil. O eso dicen las malas lenguas, pues no está demostrado. Al menos, eso es lo que se nos sugiere al final del magnífico prólogo de unos diez minutos con el que comienza la cinta, el cual, contándonos hechos que suceden en 1917 y en 1935, nos presenta a las dos protagonistas de la historia y nos ayuda a hacernos una idea de cómo es cada una, de por qué son así en la actualidad.

Baby Jane enloquecerá definitivamente cuando vea cómo su hermana menor telefonea a un psiquiatra, ya que Blanche tiene intención de ingresarla en un centro médico, puesto que la obsesión de Baby Jane por su glorioso pasado ha llegado a un punto realmente preocupante. Tan sólo hay que verla y hablar con ella durante unos pocos segundos para darse cuenta de que está a punto de convertirse en una psicópata que, aparte de experimentar regresiones a la infancia, es capaz de comenzar a matar, si es que no lo ha hecho ya...

A lo largo del film, veremos como Baby Jane se aprovecha de la discapacidad de Blanche, a quien confina en una habitación de la segunda planta de la casa en donde viven, y la tortura poco a poco. Primero con bromas macabras, para luego, tras mantenerla encerrada y sin comida, dar paso a métodos por los que Blanche llegará a temer incluso por su propia vida, ya que todo apunta a que la locura de Baby Jane parece no tener límites.

Un dato bastante curioso (y gracioso) es que Bette Davis y Joan Crawford se llevaban fatal, incluso hay rumores de que durante el rodaje se fastidiaron la una a la otra casi constantemente. Estamos, por tanto, no hablando solamente de un duelo interpretativo, sino también personal.

Esta película ha sido comparada en numerosas ocasiones con "El crepúsculo de los dioses" (1950, Billy Wilder). Al fin y al cabo, y al igual que la obra maestra de Billy Wilder, en "¿Qué fue de Baby Jane?" Robert Aldrich realiza una crítica al glamouroso y feliz mundo de Hollywood (feliz de cara al público). Y, además, a cómo algunas estrellas del cine son rechazadas por las compañías, luego pasan de moda, los fans las olvidan, y  por eso pasan a comportarse como dementes, como personas maníaco depresivas, con un serio problema de ego tras haber tenido una vida llena de fama y reconocimiento que, definitivamente, y muy a su pesar, forma parte del pasado.

"¿Qué fue de Baby Jane?" está más cerca de los terrenos del drama y del suspense que de los del género de terror; pero a mí, por diversos motivos, como el contar con momentos escabrosos (a destacar el del pájaro muerto y el de "hay ratas en el sótano"), una atmósfera decadente y malsana (tan sólo hay que ver el interior del hogar de las hermanas Hudson), y con unos personajes y algunas escenas realmente perturbadoras (la escena en la que Baby Jane baila frente al espejo me inquietó sobremanera), me parece una película más que digna de ser incluida en este ciclo de cine de terror.

En fin, una película muy buena, con unas actuaciones increíbles, y que no decepcionará a todo aquel que tenga buen gusto en lo que a cine clásico se refiere, sobre todo si se tiene en cuenta que esta producción no pertenece al género de terror propiamente dicho.

Imágenes:




















2 comentarios:

Raúl Calvo dijo...

qué casualidad, la acabo de mencionar en mi post sobre Las diabólicas.

Imitado, pero no lo que llamaría un gran film.

Javier Simpson dijo...

Con la de Baby Jane tendría que volver a ponerme, aunque guarde un muy buen recuerdo de ella. De esas buenas que hizo Bette Davis, sin llegar a la altura de Eva al desnudo o La loba, pero bastante potente también.

En relación a El carnaval de las almas sólo comentar que con poco tiempo y poco dinero también se pueden hacer cosas así de interesantes.
El tema de la soledad está ahí. Hay gente que la siente aunque esté con mucha gente, y eso es triste, como ocurre en la peli.
A mí la protagonista, que todo hay que decirlo me parece bastante atractiva, me parece que lo hace bastante bien. El resto del reparto, en general, mal, menos el director que aparece como en una especie de flash lynchiano y lo hace de maravilla. Interpretación corta, pero contundente carajo!
A mí también me parece una peli visionaria. Tiene un algo de genialidad evidente. Puede que tenga esos fallos técnicos y de interpretación, pero le sobra fascinación, sobre todo por esa atmósfera tétrica y como de pesadilla agobiante.

Me gustaron las dos entradas. Un saludo, Roy y mi enhorabuena.