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jueves, 28 de junio de 2012

La marca del hombre lobo




Valoración personal: 7/10.

Ficha técnica:

Título: La marca del hombre lobo

Título original: La marca del hombre lobo

Año: 1968

Duración: 88 min.

País: España

Director: Enrique López Equiluz

Guión: Paul Naschy

Música: Ángel Arteaga

Fotografía: Emilio Foriscot

Reparto: Paul Naschy, Dianik Zurakowska, Rossana Yanni, Manuel Manzaneque, Julián Ugarte, Aurora del Alba, José Nieto, Carlos Casaravilla, Gualberto Galbán, Victoriano López, Rafael Alcántara, Milagros Ceballos, Antonio Jiménez Escribano, Juan Medina, Ángel Menéndez, Antonio Orengo, Ángela Rhu, Beatriz Savón, María Teresa Torralba, Pilar Vela

Productora: Maxper P.C.

Género: Terror. Fantástico. / Hombres lobo. Vampiros.

¿De qué va?:

La historia comienza en una comarca centroeuropea llamada Dunkelstadt, en donde vive el conde Waldermar Daninsky (Paul Naschy). Una noche, una pareja de zíngaros llega a un viejo castillo abandonado del lugar, en donde, accidentalmente, despiertan a un hombre lobo que permanecía dormido gracias a una cruz de plata que tenía clavada en el pecho. Nada más despertar de su largo letargo, la criatura asesina a la pareja. Tras esto, durante una cacería organizada por los vecinos de la comunidad, el hombre lobo ataca a un amigo de Waldemar llamado Rudolph Weissmann (Manuel Manzaneque). Waldemar acude a su rescate, y es mordido por la bestia. A pesar de haber sobrevivido al ataque, es maldecido a causa del mordisco, transformándose en un hombre lobo de lo más feroz durante las noches de luna llena. Rudolph y la novia de Waldemar, llamada Janive von Aarenberg (Dyanik Zurakowska), ayudarán al joven Daninsky a deshacerse de la maldición recurriendo a los servicios de un misterioso médico especializado en licantropía, entre otras cosas...



Comentario:

Como suele pasar, en mi país, España, casi todo llega tarde y mal. Aunque en el caso del cine de terror dejémoslo únicamente en tarde.

A finales de los años 50 y principios de los 60, se comenzaron a realizar numerosas producciones de terror en Europa. En Inglaterra estaba la productora británica Hammer, una productora de vital importancia en el devenir del género, e influenciada por ésta estaban, en Italia, cineastas como Mario Bava o Riccardo Freda dirigiendo diversas maravillas cinematográficas del mismo estilo.

Sin embargo, el panorama cinematográfico español estaba dominado por comedias y dramas costumbristas... Nada de terror. Sólo Jesús Franco, influenciado por "Las novias de Drácula" (1960, Terence Fisher), se adelantó a otros directores patrios a la hora de dirigir, a principios de los 60, una producción de terror titulada "Gritos en la noche" (1962, Jesús Franco). Y digo que se adelantó a otros porque fue tras el éxito de "La marca del hombre lobo" cuando España comenzó a producir sin parar sus propias películas de terror.

Jacinto Molina Álvarez, más conocido como Paul Naschy, no sólo fue el que escribió el guión de este film de terror gótico dirigido por Enrique López Equiluz, sino también el encargado de dar vida a Waldemar Daninsky, el hombre lobo patrio de mi país.

Naschy estaba claramente influenciado por las películas clásicas de terror de la Universal, en especial por la encantadora "Frankenstein y el hombre lobo" (1943, Roy William Neill). Dicha influencia está muy presente en "La marca del hombre lobo".

El licántropo es más parecido al hombre lobo que interpretó Lon Chaney Jr. en "El hombre lobo" (1941, George Waggner) que al hombre lobo hammeriano que salía en "La maldición del hombre lobo" (1960, Terence Fisher). En cuanto al argumento, éste tiene un tono y estilo más cercano al de los clásicos de la Universal que al de las reinterpretaciones de los mitos clásicos por parte de la Hammer.

El hombre lobo que aquí se nos presenta luce un diseño que a mí, personalmente, me parece adorable y encantador. Es una bestia lupina de pelaje oscuro, ojos de loco, que enseña bien los colmillos y vomita sangre... Además, le veremos actuar de una forma verdaderamente salvaje y violenta, como si estuviera poseído por la rabia o algo peor. En el recuerdo queda aquella escena en la que entra en el hogar de uno de los pueblerinos y le ataca brutalmente a él y a su hija, al mismo tiempo que deja la casa hecha un desastre.

Me llamó bastante la atención que la historia no pusiese mucho énfasis en mostrarnos lo mucho que sufre el hombre lobo al estar maldito. El bueno de Naschy sabía lo que el público quería. Sabía que el público, en general, no quería un drama con un hombre lobo lamentándose continuamente por estar maldito, ni a la criatura derramando lágrimas tras ser perseguida y acosada por los pueblerinos. El público de finales de los 60 lo que quería era acción, sangre y monstruos. Muchos monstruos.

En "La marca del hombre lobo" no sólo hay un hombre lobo. Hay dos. De hecho, el primer hombre lobo de la historia del cine español no es Waldemar, como muchos afirman tranquilamente, sino Wolfstein, el encargado de morderle y, consecuentemente, maldecirle. Inevitablemente, ambos se acabarán enfrentando. Transformados en bestias, claro está, dando lugar a un combate mortal en el que el espectador no distingue claramente quién es Waldemar y quién es Wolfstein.

También tenemos a una pareja de vampiros un tanto inusual, cuya primera aparición es tan repentina como inesperada. Es desde el momento en el que aparecen hasta cerca de los minutos finales de metraje cuando la figura del hombre lobo pasa a un segundo plano.

Las actuaciones, excepto la de Naschy como bestia, dejan mucho que desear... Los efectos especiales son puramente artesanales, y podríamos decir que el mejor aspecto técnico del film es la fotografía, con esos irreales tonos rojos iluminando los distintos escenarios en los que se rodó la cinta. Escenarios como las catacumbas del castillo, llenas de telarañas; la cámara de torturas del mismo, de aspecto infernal y, obviamente, plagada de material de tortura; los oscuros bosques madrileños, etc...

A todo esto, aunque la película se rodara en distintas zonas de Madrid, como el castillo de San Martín de Valdeiglesias, y fuera de nacionalidad española, la acción dramática tiene lugar en un pueblo centroeuropeo llamado Dunkelstadt. Se ve que a la censura de la época no le motivaba la idea de ver a un hombre lobo campando a sus anchas por tierras españolas, o algo. Además, no deja de parecerme curioso cómo algunos elementos propios del siglo XIX, como carruajes tirados por caballos, castillos o las vestimentas de algunos personajes, se mezclan con otros propios de finales de los 60, como coches deportivos, edificaciones modernas y la música del momento.

En fin, "La marca del hombre lobo" es un film bastante entretenido si uno lo ve sin prejuicios, o sea, dejándose llevar por lo que va apareciendo en la pantalla, sin más. Dicho de otra forma, si el espectador tiene imaginación y ese sentido de la maravilla o sense of wonder al que aludo tan a menudo. Y es que estamos ante puro cine de evasión, amigos.

Posteriormente, Naschy volvería a interpretar a Waldemar en numerosas ocasiones, dando lugar a una saga que se prolongaría durante los años 70 y 80 hasta superar la friolera de diez entregas, convirtiéndose, así, en todo un icono del cine de terror. Curiosamente, sería más famoso en el extranjero que en España, teniendo fans en países como Estados Unidos, Alemania o Japón, mismamente.

No voy a decir que estamos ante una obra maestra del cine patrio, como muchos afirman; pero lo que es innegable es que estamos, sin lugar a dudas, ante una película importantísima dentro del fantaterror español, cuyo éxito propició el estreno de multitud de películas de terror españolas dirigidas por distintos directores también españoles, cada uno con su propio estilo; directores como Narciso Ibañez Serrador, Jesús Franco, Amando de Ossorio, Jorge Grau, Juan Piquer Simón, y otros tantos más...

En conclusión, estamos ante una película entretenida y de indiscutible valor histórico de cara al futuro del fantaterror español.

Imágenes:


























3 comentarios:

Raúl Calvo dijo...

No acabo de estar de acuerdo con algunas de las cosas que dices.

Personalmente esta película me gustó, aunque prefiero algunas de las entregas posteriores de la serie Waldemar Daninsky.

No es que aquí se hicieran las cosas tarde y mal. Había la dictadura franquista y su censura con la que lidiar, además que la gran mayoría de las producciones europeas de la época, como las de Mario Bava, eran coproducciones. Esta mismo de Naschy fue una coproducción entre España y Alemania, así que muchas películas vendidas como producciones extranjeras tenían parte de producción española. A pesar de todo, ya a mediados de los 50 te puedes encontrar films como La Bruja o Misterios de Ultratumba.

El Tipo de la Brocha dijo...

La vi este año. Me quedé dormido. Esto resume mi opinión sobre esta película y muchas otras; mi propio sistema de calificación.

Mustangcillo dijo...

@Raül: No he dicho lo contrario en mi comentario... En España se comenzó TARDE a hacer películas de terror DE FORMA CONTINUADA. Que hubiera una dictadura franquista con la que lidiar no quita el hecho de que comenzaran a realizarse más tarde que en otras partes de Europa como Reino Unido o Italia. Y no, no se hicieron mal (aunque muchos se empeñen en decir que son malas). Lo de que casi todo llega tarde y mal lo he dicho hablando en general, ya que es algo que se suele decir en este país, así que he considerado oportuno soltarlo en este comentario.

Ya sé que había pelis de terror de origen español antes de "La marca del hombre lobo". De hecho, hace unos meses, comenté "La torre de los siete jorobados", que es de los años 40. Lo que no había en España era una industria de cine de terror como la que surgió tras el éxito de la película que aquí comento. O sea, quiero decir, en este país, durante los años 40, 50 y 60 no se estrenaron tantas pelis de terror como las que se estrenaron desde finales de los 60 a principios de los 80.

En cuanto al tema de las coproducciones entre distintos países europeos, también lo sabía.

En fin, espero haberme expresado más o menos bien XD...

¿Con qué otras cosas no estás de acuerdo? :)

@El Tipo de la Brocha: bueno, para gustos... ya se sabe, jeje.