ATENCIÓN, AVISO PARA HISPANOHABLANTES: RECOMIENDO ENCARECIDAMENTE VER LAS PELÍCULAS Y SERIES AQUÍ RESEÑADAS EN VERSIÓN ORIGINAL SUBTITULADA EN ESPAÑOL (V.O.S.E.)

miércoles, 11 de abril de 2018

Yu Yu Hakusho


- ACTUALIZADO A SEPTIEMBRE DE 2018 -

Cuando el pasado mes de Abril de 2018 leí Yu Yu Hakusho, decidí hacer una videoreseña en el formato de vídeo que empleo para las reseñas incluídas en la sección "Reseñas manga" de mi canal de YouTube. Dada la nada desdeñable extensión de 19 tomos recopilatorios de este manga y por la forma en que lo abordé al reseñarlo, comentándolo saga por saga, el guión de la videoreseña terminó siendo muy extenso, y, a causa de las numerosas tareas al margen del canal que tenía en aquel momento, no tuve tiempo para realizar la locución y demás pasos para finalizar la videoreseña. Después de darle muchas vueltas al asunto, opté por no complicarme y hacer a partir de dicho guión una reseña de Yu Yu Hakusho en formato texto, la cual está presente en esta misma entrada del blog. Poco después comenté Yu Yu Hakusho de forma breve e improvisada en la décima entrega de la sección "Últimas lecturas" de mi canal. Hacia finales de Agosto, aprovechando que disponía de más tiempo libre, decidí recuperar aquel guión originalmente concebido para la videoreseña de Yu Yu Hakusho y lo he usado para finalizar dicha videoreseña, como había pensado hacer en un primer momento. Podéis ver la videoreseña justo a continuación, seguida de la reseña de Yu Yu Hakusho en formato texto, la cual parte también del mismo guión original utilizado para la videoreseña y es incluso un poco más extensa. ¡Espero que sea de vuestro agrado y la disfrutéis!



Estamos ante un manga muy, pero que muy noventero, tanto por su argumento como por su dibujo. Yu Yu Hakusho es un manga hijo de su tiempo, publicado durante la primera mitad de la década de los 90 en las páginas de la revista Shônen Jump. El autor de este manga, Yoshihiro Togashi, autor también de Hunter x Hunter, creó una obra cuyo éxito estuvo a la altura de otros grandes títulos publicados por aquel entonces en la misma revista, como Dragon Ball o Slam Dunk.

Visto en perspectiva, resulta curioso que esta serie tuviera tanto éxito y se convirtiera en uno de los pesos pesados del shonen, ya que Togashi fue desarrollando la trama improvisando sobre la marcha. Y es que, en palabras del propio autor, el planteamiento de un manga puede suponer un lastre en el caso de series largas, ya que, como sucede en el caso que nos ocupa, las ideas iniciales del autor no llegaron a buen puerto y éste tuvo que tomar un desvío cambiando el tono y el argumento de la serie. Lo que está claro es que en Yu Yu Hakusho Togashi demostró ser todo un autor y, sobre todo, un auténtico genio que a pesar de enfrentarse a una enfermedad pudo crear una obra tan fresca y original como el presente manga.

Yu Yu Hakusho fue recopilada en 19 tomos en formato tankobon. Al igual que muchos otros shonen, la historia está dividida en varias sagas o arcos argumentales. Cuatro en concreto. De todos estos arcos argumentales, el segundo y el tercer arco son más largos que los otros dos, y en todos ellos queda patente el gusto de Togashi por los videojuegos, así que si sois personas familiarizadas con los videojuegos, en especial con los clásicos de la época de las 16-bits, Yu Yu Hakusho os va a encantar, os lo garantizo. En esta entrada comentaré este peso pesado del shonen saga por saga, comentando los aspectos que me parecen más destacables de cada una de ellas.


La saga del detective espiritual


La primera saga, conocida como la saga del detective espiritual, está dividida en una serie de tramas argumentales que se extienden desde el inicio del manga hasta el final del quinto tomo. 

La historia comienza presentándonos a Yusuke Urameshi, un joven macarra japonés de lo más conflictivo que siempre anda metiéndose en peleas. Un día, al salir del instituto, Yusuke muere al ser atropellado por un coche tras poner a salvo la vida de un niño pequeño, y como su muerte no estaba prevista, su espíritu se queda atrapado entre el mundo humano y el mundo espiritual. Es entonces cuando conoce a la encargada de guiar a las almas al otro mundo, llamada Botan, quien comienza a adjudicarle misiones por orden directa de Koenma, el hijo del gran Rey Enma. En función de cómo Yusuke resuelva las misiones que le son encomendadas se decidirá qué hacer con su espíritu, si mandarlo derecho al Infierno o de vuelta a su cuerpo terrenal. 

Esta es la premisa argumental de la que parte Yu Yu Hakusho, aunque luego la historia se iría por otros derroteros, pasando de ser un manga detectivesco y de investigación con tintes paranormales a un manga de acción pura y dura. Eso sí, sin dejar de lado en ningún momento el componente sobrenatural. Y es que el folclore popular japonés tiene una gran presencia a lo largo de la obra, en cuyas páginas conoceremos a seres sobrenaturales de dicho folclore, como Yuki-onna, la mujer de la nieve; el citado Rey Enma, encargado de juzgar las almas de los difuntos; o Kurama, reencarnación del Zorro de Nueve Colas. 

Los dos primeros tomos de Yu Yu Hakusho tienen un tono más propio de la comedia que de los shonen de acción y aventuras. En ellos vemos al espíritu de Yusuke ayudando a algunos humanos en sus problemas diarios o haciéndole trastadas a otros, como a Kuwabara, uno de mis dos personajes favoritos de este manga. Kuwabara es el típico macarra japonés tontorrón de los mangas que al mismo tiempo al lector le resulta gracioso. A pesar de que Kuwabara sea introducido como si fuera un recurso cómico dentro de la trama, es a partir del cuarto tomo cuando pasa a ser el compañero de Yusuke en las peleas, aunque como el mismo Kuwabara dice, ayuda a Yusuke porque piensa que si alguien ha de hacerle morder el polvo a Yusuke, ese alguien ha de ser él. Es también a partir del cuarto tomo cuando la trama se centra totalmente en los combates, dejando de lado el componente de investigación y de misterio que aún estaba presente en el tomo 3. Desde el tomo 4 hasta bien entrado el tomo 6, Yu Yu Hakusho se convierte en algo así como un beat 'em up o videojuego de pegar y avanzar en formato manga. En ese sentido, Kuwabara podría ser considerado el segundo personaje jugable en esa especie de beat 'em up hecho manga en el que se convierte la serie.

Antes de continuar ahondando en los tomos del 3 en adelante, he de decir que las historias de tono autoconclusivo recopiladas en los dos primeros tomos, en las cuales vemos a Yusuke haciendo de detective espiritual, tienen un tono que me recordaba a mangas como Doraemon o los primeros capítulos de Sailor Moon. La comparación entre Yu Yu Hakusho y Sailor Moon no es gratuita, ya que a finales de los 90, Yoshihiro Togashi terminaría casándose con la autora de Sailor Moon, Naoko Takeuchi. 

El caso es que parece que ese tono que tenían esas historias cotidianas del día a día, con espíritus de por medio que causan problemas y otros que los solucionan, parece que no debió de calar hondo en los lectores, ya que en el tomo 3, Togashi decide resucitar a Yusuke y orientar la trama hacia las típicas peleas y torneos de lucha que caracterizaban a muchos shonen de éxito de la Jump, comenzando por introducir a Hiei y Kurama, dos nuevos personajes de origen demoníaco a los que se enfrenta Yusuke, pero que terminarían uniéndose a él y a Kuwabara. El gran carisma de estos cuatro personajes principales (que desde cierto punto de vista parecen las fichas del parchís) sumado a las dinámicas y vibrantes escenas de acción, terminaron siendo las principales claves que convirtieron a Yu Yu Hakusho en uno de los mangas más míticos de la década de los 90. 

Desde la parte final del tomo 4 hasta el final del tomo 5 apróximadamente, el cuarteto protagonista se enfrenta en combates individuales contra cuatro demonios, de entre los cuales destacaría el combate entre Yusuke y Suzaku, el más poderoso de estos demonios. Es al final del tomo 5 cuando Yoshihiro Togashi parece haberse quedado sin ideas; aunque, todo sea dicho, la historia en la que Yusuke y Kuwabara se enfrentan a dos demonios que andaban suplantando la identidad de ambos me gustó mucho, me pareció muy graciosa, y lo mismo puedo decir de la historia con la que comienza el tomo 6 y que sirve de antesala del siguiente arco argumental, en la que Yusuke y Kuwabara se infiltran en la mansión de un magnate multimillonario que trafica con seres sobrenaturales para rescatar a una mujer de la nieve. El principal motivo por el que estas dos historias me gustaron mucho es porque ambas se resumen en el siguiente concepto: dos macarras japoneses enfrentándose a demonios. El subgénero de manga de macarras japoneses es uno de los más desconocidos en España. En el momento que escribo estas líneas, a fecha de Abril de 2018, sólo nos ha llegado Crows como muestra de este subgénero, y lo cierto es que es un subgénero que a mí me encanta, por eso me gustó mucho ver en Yu Yu Hakusho tantos elementos de este subgénero tan de moda en Japón durante los años 80 y 90. En estas dos historias, los rivales a los que se enfreta el dúo formado por Yusuke y Kuwabara serán demonios; pero algunos de ellos, como Toguro, quien terminaría siendo el gran rival a batir en la saga del torneo infernal, lucen como si fueran macarras que están por encima de ellos. 

La saga del torneo de lucha infernal


La saga del torneo de lucha infernal es la más larga del manga; comienza hacia el final del tomo 6 y se extiende hasta el comienzo del tomo 13. Yusuke y compañía son obligados por Toguro a participiar en calidad de invitados en ese torneo en el que participan numerosos equipos compuestos por cinco demonios por equipo. Toguro es un poderosísimo y malvado demonio que en el pasado, además de ser campeón de la anterior edición del torneo, fue compañero de Genkai, la maestra de Yusuke en el uso de su aura espiritual. El aura espiritual es algo así como la energía vital que manipulan los personajes para ejecutar sus técnicas de combate, algo así como el ki de los guerreros Z de Dragon Ball. Toguro es el típico villano que lo único que busca es enfrentarse a rivales fuertes. Muchos cómics de los años 90 eran muy flipaos, y Yu Yu Hakusho no es la excepción. Sólo hay que pararse a observar la musculatura de Toguro, en cómo va aumentando de manera exagerada junto con sus niveles de poder hasta alcanzar una apariencia grotesca.

De todos modos, el auténtico villano de esta saga es Sakyo, otro magnate multimillonario que también se dedica a la trata de seres sobrenaturales. Sakyo es el representante del equipo Toguro y a su vez el organizador del torneo. Su objetivo es sablar al resto de magnates que apuestan su fortuna en el torneo y con ese dinero invertir en tecnología para abrir un túnel interdimensional entre la Tierra y el Mundo Infernal; un tunel a través del cual los demonios más poderosos del Mundo Infernal podrán llegar a la Tierra y arrasar con todo. Sobra decir que eso es algo que afectaría negativamente a Sakyo, ya que su vida, como la de cualquier otro ser humano, estaría en peligro; pero él lo quiere así, ya que piensa que de este modo su vida sería más excitante. Sakyo es, sin duda, un personaje de lo más excéntrico, corrupto y retorcido. Para impedir que el objetivo de Sakyo se cumpla, Yusuke y sus compañeros han de ganar a toda costa el torneo, enfrentándose a numerosos rivales hasta llegar a la batalla final contra el equipo Toguro. 

Es en la saga del torneo infernal cuando Yu Yu Hakusho pasa de ser un videojuego de pegar y avanzar hecho manga a ser un videojuego de lucha hecho manga. Durante esta extensa saga la historia pasa a ser de lo más simple. Togashi enfrasca al equipo de Yusuke en peleas y más peleas contra equipos formados por demonios de apariencia variada y pintoresca, los cuales parecen haber salido de videojuegos de lucha de aquella época, como Street Fighter II o World Heroes. El caso es que ya antes de este arco argumental, concretamente en el tomo 3, Togashi introdujo en la obra un pequeño torneo que tuvo una acogida inesperada por parte de los lectores de la Jump, así que ni corto ni perezoso, decidió convertir Yu Yu Hakusho en un manga de artes marciales con torneos a lo Dragon Ball sin dejar de lado lo sobrenatural. Podríamos considerar a Yu Yu Hakusho como una mezcla de manga de macarras japoneses con manga sobre seres sobrenaturales y manga de artes marciales. Una combinación de lo más explosiva.

Además, Togashi demostró que las escenas de acción eran uno de sus puntos fuertes, a pesar de lo previsibles que resultaban en algunos momentos, como por ejemplo esos momentos en los que Yusuke, después de haber recibido ataques por parte de su rival, se debilita hasta el punto de rozar la muerte para acto seguido recuperarse milagrosamente y vencer a su rival con un último y poderoso ataque donde concentra todas las energías que le quedaban, que por lo visto eran muchas, quedando así vencedor. Algo similar a lo que sucedía en los combates de Saint Seiya, serie con la que Yu Yu Hakusho comparte varios puntos en común.

La saga de la cinta negra


La saga que viene justo después de finalizar el torneo de lucha infernal, conocida como la saga de la cinta negra, la cual comienza en el tomo 13, supone un soplo de aire fresco dentro de la serie. Esta saga comienza con el secuestro de Yusuke, por lo que Kurama, Hiei, Kuwabara y Botan deciden investigar su desaparición, yendo a parar a una extraña casa donde son sometidos a pruebas de inteligencia. Después de asistir a tantas peleas contra demonios, Togashi inicia una nueva saga con la particularidad de que los malos de esta saga, a diferencia de la anterior, son seres humanos; humanos que al igual que Yusuke y Kuwabara poseen poderes espirituales. Sólo hay que ver al personaje de Yû Kaito, que es todo lo contrario a Toguro. Yû Kaito se enfrenta a Kurama, dando lugar a un auténtico duelo de intelectos que supone el punto de partida a una serie de combates en los que, a diferencia de la saga anterior, prima la estrategia y el intelecto por encima de la fuerza. Estos combates estratégicos serían una de las principales bazas por las que destacaría Hunter x Hunter, la siguiente obra de Togashi. En más de un sentido, Yu Yu Hakusho podría considerarse como una obra donde Togashi fue puliendo sus habilidades como autor y en la que iba viendo qué funcionaba y qué no, ya que muchos elementos presentes en Yu Yu Hakusho, como el tema de las auras, serían reutilizados y explotados en Hunter x Hunter.

En esta saga el personaje que más evolución tiene es Kurama. O mejor dicho, en esta saga Togashi decide ahondar más en el personaje. Ese es otro aspecto que me gusta mucho de Yu Yu Hakusho, que Yusuke no sea el protagonista absoluto. Es el protagonista del manga, sí, pero no por ello eclipsa al resto, y hay capítulos, como los primeros de esta saga, en los que ni siquiera aparece, cediéndole el rol protagónico a Kurama. Kurama es un personaje muy parecido a Kurapika, de Hunter x Hunter, aunque lo mismo se podría decir del resto de la pandilla respecto al cuarteto protagonista de Hunter x Hunter. Kurama es, con permiso de Kuwabara, mi personaje favorito. Desde mi punto de vista, Kurama representa la sabiduría, es la mente pensante del grupo. Me gusta el halo poético que desprende este personaje. Por algún extraño motivo, me transmite tranquilidad. Su apariencia es apacible, pero eso no quita que sea un gran guerrero que hace uso de unas técnicas letales manipulando plantas infernales. Y es que sin duda, estamos ante todo un experto en botánica infernal. Kurama parece tranquilo y benevolente; pero cuando se enfada es un personaje de lo más terrible. Con esto no quiero decir que sea un personaje que se ponga a gritar cuando se enfada. Al contrario, se muestra totalmente tranquilo y sereno de cara a su adversario, ocultando su furia interior y vengándose de su rival de la forma más cruel posible.

La saga de la cinta negra es una saga que me recordó mucho a otro gran manga que por aquel entonces se publicaba en la Shônen Jump al mismo tiempo que Yu Yu Hakusho, y ese manga no es otro que JoJo's Bizarre Adventure. Y es que una de las particularidades de esta saga es que los enemigos se aprovechan del hecho de que Yusuke y compañía no les conocen para tenderles trampas usando sus poderes espirituales. Algo similar a lo que hacía Hirohiko Araki en JoJo, en cuyos capítulos solía aparecer antes el espíritu (o stand como se les conocía en esa serie) que el portador de dicho espíritu. Los capítulos del hospital de esta saga son un buen ejemplo de lo que digo. En ellos, Yusuke y sus compañeros entran en un hospital donde se están produciendo fenómenos extraños, y Togashi juega con la intriga, haciendo que el lector se interese, al igual que los personajes del manga, en desentrañar el misterio en torno a ese lugar, en averiguar quién es el que está controlando a unos peligrosos mosquitos compuestos de energía espiritual que sólo Yusuke y sus amigos pueden ver.

Otro aspecto a destacar de esta saga es el villano, Sensui. Su historia  hace reflexionar sobre los peligros que conlleva adoptar actitudes extremistas. Me gustó mucho que este personaje fuera el villano principal de la saga, ya que en otros tiempos fue un detective espiritual como Yusuke que terminó pasándose al lado oscuro tras visionar una cinta que robó del mundo espiritual en la que se mostraban una tras otra las mayores atrocidades cometidas por el ser humano a lo largo de los siglos. El visionado de esa cinta prohibida marcó tanto a Sensui que desde entonces comenzó a pensar que los humanos eran una especie muchísimo peor que los demonios, por lo que decide continuar con el legado de Sakyo abriendo el túnel entre el mundo humano y el Mundo Infernal. Me gustó mucho que Yusuke, como era de esperar, se terminara enfrentando a Sensui, ya que este combate no es tanto una pelea entre Yusuke y Sensui, sino más bien un combate entre Yusuke y aquello en lo que podría terminar siendo en caso desviarse en su camino como detective espiritual.

La saga de la cinta negra es, en mi opinión, la más interesante de todo el manga. Hay más intriga, el villano es más interesante, los combates son más estratétigos (a excepción de la extensa y dragonballera pelea final entre Yusuke y Sensui), y tiene un final de lo más épico y fascinante que nos invita a reflexionar sobre las acciones del ser humano y su relación con otros seres vivos, tanto de su misma especie, como de otras especies. Además, Togashi parece haber afianzado su estilo narrativo, y esta saga resulta ser más sólida y estar mejor construida que las anteriores.

Parte final del manga y mi opinión sobre el dibujo de Togashi


Llegamos a la mitad del tomo 17, y es ahí cuando comienza la parte final del manga, ambientada en las profundidades del vasto y desconocido Mundo Infernal. Una última saga que es la guinda del pastel a esta mítica obra de Yoshihiro Togashi; saga en la que, todo sea dicho, al autor se le nota bastante desgastado, ya que los dibujos, en muchos casos, son bocetos directamente. Más adelante os explicaré a que se debió esto. 

Después de los hechos acontecidos al final de la anterior saga, Yusuke vuelve al Mundo Infernal en busca de su identidad aliándose con uno de los tres líderes que lo gobiernan, al igual que Kurama y Hiei, quienes se alían con los otros dos líderes del Mundo Infernal. En esta saga Togashi también hace que el lector reflexione sobre el hecho de adoptar actitudes extremistas, ya que el líder demoníaco con el que se alía Yusuke quiere que los demonios dejen de alimentarse de humanos, mientras que el líder demoníaco con el que se alía Hiei quiere justo lo contrario, que los demonios se alimenten de humanos sin control alguno. En medio de este conflicto entre reyes infernales se encuentra Kurama, uno de los personajes más equilibrados y sensatos del manga, que se alía con el líder demoníaco que piensa que lo mejor es que los demonios se alimenten de humanos solamente si es necesario. Como no podía ser de otra forma en Yu Yu Hakusho, el argumento de esta saga deriva, otra vez, en un torneo (como si no hubiera habido ya suficientes) para decidir quién será el nuevo gobernador del Mundo Infernal. Un torneo en el que, a diferencia de los anteriores, Yusuke y los demonios más poderosos se enfrentan unos contra otros con deportividad.

Mencionaba antes que en esta última saga a Togashi se le nota bastante desgastado en los lápices. Y es que un aspecto de Yu Yu Hakusho que no pasa desapercibido para nadie es la extraña evolución, o involución según se mire, del dibujo de Togashi. A diferencia de la inmensa mayoría de mangas, en los que el dibujo va mejorando tomo tras tomo, en Yu Yu Hakusho podría decirse que sucede justo lo contrario. A cada tomo que pasa, el dibujo de Togashi se va volviendo menos rico en detalles, va tomando menos forma. Dicho en pocas palabras, se va convirtiendo en un dibujo más abocetado. Esto se debe a que Togashi enfermó. De hecho, tuvo que tomarse un año sabático tras finalizar la serialización de Yu Yu Hakusho. De todos modos, yo no considero que el dibujo de Togashi empeore o involucione al volverse más abocetado, sino que se vuelve un dibujo "más Togashi" por así decirlo. Y es que Togashi se sirve de los bocetos para hacer que las escenas de acción sean leídas de forma más rápida, ya que estas escenas, de contar con un dibujo más detallado, no se leerían tan rápido y quizás no serían tan fluidas y vibrantes, porque el lector tendería a pararse más tiempo a observarlas, aunque sea durante unos pocos segundos más. La verdad es que Togashi deja claro a través de sus ilustraciones que tiene un don como creador de storyboards de escenas de acción, un don comparable al de Masashi Kishimoto, autor de Naruto. De todos modos, el dibujo mejora a ratos. A veces Togashi se curra sobremanera algunas viñetas, dibujando lo que vemos en ellas de forma muy realista. Incluso incorpora técnicas que enfatizan cómo se sienten los personajes y el dramatismo del momento. Quizás lo que más me gusta de todo esto es cómo Togashi alterna el estilo de dibujo abocetado con un estilo realista que se amolda perfectamente a lo que pretende transmitir. De este modo, las viñetas en las que se curra realmente el dibujo resultan muy impactantes al pasar del estilo abocetado de las anteriores a un estilo realista. Y como buen narrador que es, Togashi sabe elegir qué viñetas son las que ha de currarse mejor que otras para así generar un mayor impacto en el lector. 

Togashi es un genio. Y es que si hay algo por lo que destaca este mangaka es por la gran capacidad que tiene para enganchar al lector con sus historias y con su estilo narrativo. Sin duda, Yu Yu Hakusho es uno de los puntos álgidos de la historia del shônen y claro ejemplo de cómo eran los mangas de esta demografía en los 90.

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